miércoles, 21 de mayo de 2008

AUTOCENSURA


Voy a buscar en el diccionario el significado de la palabra frustración. Tengo mucho respeto por esos libracos. Aún me siguen sacando de algún apuro. Veamos: privar a alguien de lo que esperaba; malograr un intento; dejar sin efecto un propósito contra la intención de quien procura realizarlo. Vaya, no dice nada sobre la sensación que deja la frustración en el cuerpo de su víctima. Es lo que tienen los diccionarios: no se meten en camisas de once varas, se limitan a definir y problema de cada cual la emoción que le quiera imprimir a la palabra en cuestión...

La autocensura. Qué poco nos gusta ese concepto. Y menos aún si va unido al de frustración. El segundo es consecuencia del primero. Causa-efecto. Sobre las múltiples maneras de ejercerla, corramos un tupido velo. No por ignorarlas, sino por no abrir una brecha que disiparía esta reflexión por otros derroteros. Vayamos a su origen: la falta de audacia, de transparencia, de conciencia crítica, el conformismo, el qué dirán, la propia imagen, la vergüenza, el seguidismo... para qué seguir. Solo sé que me deja desazón, que reivindico el derecho a equivocarme, que rechazo la autocensura como método para poner el vendaje antes de la herida, que me tienta querer olvidar y mirar para otro lado. Pero ahí está, para amordazarme, para borrar mis palabras y sustituirlas por otras más amables, para recordarme que donde hay patrón no manda marinero, para reconducirme por el camino de lo políticamente correcto, para ahogar mi grito de rebeldía. Ahí está ella y aquí estoy yo.

---------------------------------------------------------------

AUTOCENSURA
Vou buscar no diccionario o significado da palabra frustración. Teño moito respecto por eses libracos. Aínda me seguen sacando de algún apuro. Vexamos: privar a alguén do que agardaba; malograr un intento; deixar sein efecto un propósito contra a intención de quen procura realizalo. Vaia, non di nada sobre a sensación que deixa a frustración no corpo da súa vítima. É o que teñen os diccionarios: non se meten en camisas de once varas, limítanse a definir e problema de cada cal a emoción que lle queira imprimir á palabra en cuestión...
A autocensura. Quu poco nos gusta ese concepto (plural maiestático, enténdase). E menos aínda se vai unido ao de frustración. O segundo é consecuencia do primeiro. Causa-efecto. Sobre as múltiples maneiras de exercela, corramos un tupido velo. Non por ignoralas, senón por non abrir unha fenda que disiparía esta reflexión por outros derroteiros. Vaiamos á súa orixe: a falta de audacia, de transparencia, de conciencia crítica, o conformismo, o que dirán, a propia imaxe, a vergoña, o seguidismo... para que seguir. Só sei que me deixa desazón, que reivindico o dereito a trabucarme, que rexeito a autocensura como método para poñer a vendaxe antes da ferida, que me tenta querer esquecer e mirar para outro lado. Pero aí está, para amordazarme, para borrar as miñas palabras e sustituilas por outras máis amables, para lembrarme que onde hai patrón non manda mariñeiro, para reconducirme polo camiño do politicamente correcto, para afogar o meu berro de rebeldía. Aí está ela e aquí estou eu.

No hay comentarios: